jueves, 3 de febrero de 2011

El blog en blanco...

A veces me pregunto por qué ahora me cuesta tanto escribir y menos hablar si antes era justo lo contrario. Escribiendo puedes ser tú misma, no va a leer nadie que no quieras tus sentimientos y emociones y sientes desahogo por expresar lo que necesitas expresar.. todo perfecto hasta que dejas de sentir la necesidad de hacerlo...
¿Todo por un curso? Posiblemente sí... Hacía bastante que no lo tenía por costumbre, pero EL curso ha influido en que tenga más seguridad, en que intente buscar esa magia y valor que todos ven en mí, en que me quiera algo más y en ser un poquito más feliz... Todo por EL curso... En momentos de tristeza llegué a pensar que no encajaba, que no guardaría apenas un par de momentos buenos, pero por suerte aquellos momentos de tristeza pasaron y me di cuenta de todo lo que me había hecho aprender, tanto como futura educadora como crecimiento personal.
Hoy he leido lo que pensaba en hace algo más de un año y medio: "Fuente Ovejuna me ha cambiado la vida" y de verdad lo hizo: aprendí un montón de cosas teatrales, conocí gente fantástica, fui a lugares lejanos, pero lo que más recuerdo son las risas, los momentos de confesiones, los sentimientos que desarrollé hacia algunos de mis compañeros, la felicidad que sentía cuando llegaba el día del ensallo intensivo, la seguridad y sobre todo creer en mí misma... ¿Es esta estapa diferente? He podido aprender socialidades, he aprendido que debería de disfrutar mucho más de los procesos que de la finalidad y sobre todo a dar algo de más importancia a los sentimientos y no cuestionarlos o renunciar a ellos y rechazarlos. Pequeños aprendizajes que experimentan un gran cambio en mi persona...

Es maravilloso saberse la teoría de cómo ser feliz, pero si se tienen demasiadas cosas en la cabeza, ¿qué se puede hacer? Enumeremos: Un amor, un cuatrimestre académico, un cambio de alojamiento, una asignatura, otra vez el mismo amor... Sólo intentar disfrutar cada momento y procurar ser feliz con cada paso nuevo...
Siento que fuerzo las cosas o que doy demasiada importancia a cosas que no la tienen tanto.
Levanto la mano izquierda y me pongo la mano derecha sobre el corazón y digo en voz alta: Intentaré hacer lo que me diga el corazón sin realizar una compleja argumentación en la cabeza...

Hoy el desahogo se realizó doblemente: de forma oculta y de manera pública gracias a aquellos que están siempre dispuestos a ser el blog en blanco de un amigo...

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